NICO “EL
CENICIENTO”
(El Ceniciento que Sí fue Feliz)
Erase una vez una
mujer llamada Pispireta Diez Sanz casada con un buen hombre, llamado Antonio. Vivían en una gran mansión a las
faldas del Moncayo, en un pueblecito muy humilde y bonito llamado Novallas. Pispireta
era una gran costurera de la época y estaba en la cumbre de su carrera y por
ello tenía una economía bastante alta, era muy famosa por la villa. Al poco
tiempo de casarse tuvieron dos niñas gemelas muy guapas y traviesas, siempre
hacían de las suyas. Tres años después, tuvieron un hijo “Nico”, un niño sano,
alegre, risueño y con unos ojillos llenos de vida y esperanza. El niño, desde
pequeño recibió clases de costura y de todo tipo de tareas de la casa hasta el
punto de que cumplió 18 años y era un gran amo de casa.
Pispireta estaba muy
contenta y orgullosa de Nico pero Antonio no estaba de acuerdo con su mujer en
que su hijo dedicara su vida a coser y ser amo de casa y no cesaban las
discusiones entre los dos. Por otro lado Rita y Sara, las hermanas, no paraban
de decir a Nico que esa no era vida de un hombre, que no debía hacer las tareas
y que tenía que salir de fiesta para conocer mujeres.
Nico, cansado de las
burlas de sus amigos y de las discusiones familiares decidió hacerles caso.
Ese mismo sábado
salió con sus amigos y se emborracho y comenzó una vida que poco tenía que ver
a la que había llevado hasta ahora.
Un año después murió
su madre y fue una gran pérdida para todos, especialmente para Nico. Esa misma
noche se le apareció su ángel de la guarda (decir que todos llevamos un ángel
de la guarda y son bajitos y peludos”. Su ángel de la guarda le dijo que si era
feliz con esa vida, que reflexionara y pensara lo que realmente le gustaba
hacer en la vida y añadió: tú también puedes ser un ceniciento. También le dijo
Nico, no hay de que avergonzarse, yo te ayudaré a ser lo que realmente quieres
ser.
Nico decidió que
quería ser amo de casa porque los hombres también pueden dedicarse a ello, es
un trabajo igual de digno que otro “Todos somos iguales”.
Un día por el bosque cogiendo moras, conoció a
su cenicienta que trabajaba talando árboles en el bosque, era una chica alta,
robusta y le impresionó. Ella le comprendía y entendía el oficio de Nico.
Al poco tiempo se
casaron y se hicieron una casita muy humilde y acogedora en el bosque donde
Nico y la robusta chica vivieron felices y comieron perdices….
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