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viernes, 7 de enero de 2011

Una experiencia que nunca olvidaré

Me gustaría hablar de una experiencia que tuve hace pocos años.Me fui de voluntaria a unos campamentos con personas con discapacidad intelectual severa y ha sido algo que me ha marcado muchísimo y que me gustaría recomendar a la gente que le guste ayudar a los demás y sobre todo a gente que necesita un apoyo muy grande para poder integrarse en la sociedad de hoy en día.
Este campamento era un viaje de una semana a Isin, una casa rural en los pirineos.
Yo cuando llegue allí no sabía nada sobre ellos, no sabia como podían reaccionar ante algunas situaciones, o como podía reaccionar yo incluso. En mi opinión es duro al principio, más que nunca porque tienes que ir conociéndolos y ellos a ti para que ambos puedan adaptarse. Pero, poco a poco los fui conociendo y enseguida recibí un cariño y un apoyo muy grande de los chicos al igual que con el resto de monitores.
La verdad es que con los monitores también estuve muy agusto y muy contenta. Algunos de ellos llevaban años trabajando con estas personas y me dieron muy buenos consejos, me ayudaron en los peores momentos y en los buenos y aprendí muchísimo de ellos.
De allí me lleve en el recuerdo a unas personas increíbles, luchadoras, que día a día superan esas barreras que se les ha impuesto frente a la sociedad para poder llegar a ser una persona independiente (en la medida de lo posible), con ganas de hacer cosas en la vida, de aprender....y muchas cosas más.
También decir que aparte de haber momentos buenos también, por desgracia tuvimos alguno malo; puesto que estas personas a menudo, suelen padecer alguna enfermedad como por ejemplo uno de los chicos que cuidábamos que tenía epilepsia y una noche le dio un ataque bastante grande y al final tuvimos que llevarlo a urgencias rápidamente. Esa noche nos dimos un susto muy grande y al final solo nos quedamos con el susto,¡gracias a dios! pero aprendimos también a reaccionar rápido en casos así y a tranquilizar a los demás chicos, que desde luego tampoco lo pasaron muy bien esa noche!
Por lo demás, todo fue buen rollo, muchas risas, paseos por los pirineos, manualidades, piscina y muchas cosas más....hasta discoteca teníamos allí (aunque era un salón en el que poníamos música 1 hora al día para los chicos).
Por todo esto, yo os animo a ir de campamentos porque es una experiencia única en la vida, sobre todo muy gratificante para uno mismo y aprendes a valorar cosas que antes ni se te pasaban por la mente siquiera.
Monitores de Isin